jueves, 1 de noviembre de 2012

Seres humanos viviendo una experiencia digital

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Un día típico: suena la alarma del celular, hora de empezar el ajetreado día; comienzan los sonidos de los mensajes de correo, whatsapp, twitter, etc.; revisas la agenda electrónica y envías unos mensajes pendientes; consultas el estado del tráfico, si puedes sorteas la cola, y al llegar a la oficina te conectas al computador.

En la oficina, terminas un informe y lo publicas en la intranet; realizas unos pagos en línea y pides una cita médica a través de la página electrónica del seguro; consultas tus prestaciones a través de la intranet de recursos humanos y pides un presupuesto para arreglar el baño en la página de la ferretería; consultas el estado de una orden de compra hecha al proveedor de materiales y chateas con el vendedor para afinar detalles de la entrega.

Te llama tu mamá para pedirte que le deposites un dinero y al mediodía mientras te comes un sándwich realizas la transferencia electrónica; el celular te recuerda el cumpleaños de tu primo que está en Canadá y lo felicitas vía Facebook. 

En la tarde asistes a una reunión, donde dos de los socios se conectan vía vídeo conferencia, se va registrando digitalmente la minuta y al finalizar todos la revisan y firman en señal de acuerdo. Te llega un mensaje del banco notificándote la aprobación del crédito. Al llegar a la casa, luego de abrazar a tu familia y conversar brevemente sobre cómo estuvo su día, te conectas al televisor y colocas ese programa que dejaste grabando el día anterior. (1)

¿Te resulta familiar?

Nuestro quehacer diario personal, laboral, social, familiar, recreativo y educativo, entre otros, pasa de una u otra manera por lo digital. El celular es nuestra poderosa herramienta multifuncional que al estar conectado a Internet integra correo, páginas Web, redes sociales, y múltiples aplicaciones como la agenda, música, vídeos, sin menos preciar su función básica de comunicación telefónica; pero además tenemos los computadores, radios, televisores, equipos de sonido y vídeo, por mencionar algunos. 

Tenemos que cuidarnos de la adicción hacia lo digital, de estar sobre-conectados, así como del uso y abuso de las redes sociales. Usar nuestro derecho a la desconexión, y conectarnos con la vida real de los seres humanos que nos rodean, con la naturaleza, y lo más importante, con nosotros mismos. 

Ivoskus (2008) recomienda la desintoxicación de conexión como un recurso para sanar al ciudadano hipersaturado, donde propone que pases un tiempo sin abrir el correo electrónico, ni atender el celular, apagar el televisor y salir a caminar. ¿Qué tal unas vacaciones en el Roraima?, por que incluso de vacaciones lo primero que preguntamos en el hotel es: ¿tienen Wifi?.


(1) Daniel Ivoskus (2008), en su libro Vivir conectados dice “el hombre inventó la tecnología, pero la tecnología parió al Ser Digital, que gradualmente es absorbido y transformado en el Ciudadano Digital” (p.17).