Una comunidad es un grupo de personas que tienen en común un idioma, costumbres, valores, tareas, visión del mundo, ubicación geográfica, estatus social, roles, etc. (http://es.wikipedia.org/wiki/ Comunidad). Ejemplos de comunidades son: la comunidad europea, la comunidad hispano parlante, la comunidad católica y la comunidad de padres y representantes.
Con el surgimiento de Internet y el desarrollo de las nuevas Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) se conformaron las comunidades virtuales, término difundido por Howard Rheingold (1993) en su libro The Virtual Community, en el cual señala: “las comunidades virtuales son agregaciones sociales que emergen de la red cuando un número suficiente de personas entablan discusiones públicas durante un tiempo lo suficientemente largo, con el suficiente sentimiento humano para formar redes de relaciones personales en el ciberespacio”. (Citado por Rabiela (2009), p. 49).
De acuerdo con esta definición se puede destacar que las comunidades virtuales están constituidas por personas que comparten objetivos e intereses comunes, los cuales pueden ser de carácter social, económico, político, comercial, educativo, científico, recreativo, etc., y cuyas relaciones e interacciones tienen lugar en Internet. Para ver cumplidos sus objetivos, las comunidades generan determinados productos, que de acuerdo al tipo de comunidad estos pueden ser informes, trámites, productos tangibles, servicios, relaciones personales, entretenimiento, entre otros. El funcionamiento y organización de la comunidad depende de los resultados que esta debe generar, y en muchos casos estos productos son el resultado del trabajo colaborativo de sus miembros.
Para que exista comunidad, Sáez (2006) señala que además de identificar los objetivos y fines del grupo, la relación e interacción entre las personas debe ser lo suficientemente fuerte para distinguirse de meras agregaciones de usuarios de un servicio; por ejemplo un grupo de personas que sólo descarga música o videos de un sitio en Internet y que no interactúan entre sí o sólo lo hace ocasionalmente, no puede ser considerado como una comunidad.
Adicionalmente, en el entorno virtual las comunidades necesitan desarrollar su identidad para distinguirse de otras de propósitos aparentemente similares, labor nada fácil considerando las características de un medio tan abierto y permeable a todo tipo de influencias como es Internet. En ese sentido, los entornos digitales disponen de herramientas visuales de comunicación y coordinación que facilitan la configuración y personalización de ambientes, buscando hacer más cercana y humana la experiencia virtual, amenizándola con actividades que enlacen este medio al presencial, por ejemplo compartiendo fotografías de sus miembros y coordinando encuentros presenciales de fácil acceso a todos sus miembros.
Otra característica que señala Sáez (2006) de las comunidades virtuales, es su permanencia en el tiempo. No todas las comunidades virtuales requieren un tiempo similar para su conformación. Un grupo que desarrolle un tema novedoso y atractivo para un grupo minoritario, puede requerir menos tiempo que uno con un tema de mayor alcance y complejidad organizativa. Por otra parte, es un reto para toda comunidad lograr la permanencia de sus miembros, dado que es común observar deserciones incluso en forma masiva. Sáez (2006) dice:“Precisamente, la consolidación de los grupos virtuales es especialmente complicada, debido a los débiles vínculos personales que se establecen inicialmente entre personas que habitualmente no tienen una relación presencial. Por ese mismo hecho, es especialmente necesario considerar la existencia de una razonable historia del grupo para entender su consolidación, ya que la mortandad temprana de las comunidades virtuales es muy importante.” (p.12).
Las comunidades virtuales se identifican con un nombre y una dirección virtual en Internet, que facilita su ubicación y acceso a través de los navegadores Web. Los buscadores son también un excelente medio de acceso siempre que se conozca la temática u otra información clave que permita llegar a la comunidad. También se crean redes de conexión que permiten desde portales Web llegar a otras comunidades virtuales.
Referencias bibliográficas:
•Rabiela, M. (2009): Globalización de la educación. Comunidades virtuales de aprendizaje y su participación en las instituciones educativas. Hospitalidad ESDAI, jul-dic2009, Issue 16, p37-60.
•Sáez, E. (2006). Ensayo de una metodología de estudio de las comunidades virtuales. Universitat Jaume I. Recuperado el 15 de diciembre de 2010. Disponible en: http://www.bocc.uff.br/pag/saez-soro-emilio-ensayo-comunidades-virtuales.pdf
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