Vivimos momentos complejos con constantes cambios que retan nuestra estabilidad física, mental y emocional.
Ante esta realidad, ya que no la podemos evitar, aprendamos a convivir con la incertidumbre y el cambio en lugar de sentirnos amenazados.
Hay oportunidades detrás de todo cambio si lo vemos desde la perspectiva apropiada:
1. Analiza objetivamente la situación. Identifica las oportunidades a la luz de tus valores, preferencias y talentos.
2. Fortalece tus opciones con investigación, estudio y formación.
3. Toma ciertos riesgos, experimenta y aprende de los errores. Que el miedo no te detenga.
4. Incorpora los cambios de forma progresiva, iterativa e incremental.
5. Luego de cada cambio, realiza una retrospectiva, donde identifiques que hiciste bien y que pudiste hacer mejor.
6. Corrige, mejora y adapta los procesos de cambio que vayas implementando.
7. Desarrolla una visión de la incertidumbre y el cambio, como algo natural, incluso beneficioso ya que impulsa nuestro crecimiento y mejora continua.
8. Comprende que eres responsable de tu situación y que por ello también tienes la solución a todos tus retos.
9. Aprende a ser resiliente y a salir fortalecido de todos tus desafíos.
10. Pronto comprenderás que resistirte y quejarte no resolverá tus problemas, solo te restará energía.
¿Serás resiliente o resistente?
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